Al principio de la década de los 70 se decide crear la Universidad Libre
a Distancia. en agosto de 1972, un Decreto Ley da vida a la Universidad Nacional
de Educación a Distancia.
La recién nacida UNED dedica sus primeros años a aumentar el número de
alumnos, que va creciendo en progresión geométrica. Es preciso entonces adecuar
su estructura a las necesidades docentes. Se crean los dos primeros
vicerrectorados, uno de Humanidades y otro de Ciencias, y se abre una oficina
de atención al público. Las unidades didácticas se envían a los estudiantes a
sus casas, por correo postal, totalmente gratis.
El siguiente paso es llevar la educación superior a los núcleos de población,
alejados de las grandes metrópolis, que no disponen de universidad. La creación
de centros regionales servirá para asentar la UNED y su peculiar método docente en toda la
península y en las islas. En estos centros los tutores actuarán como guías y asesores
de los alumnos.
Llega el momento de mirar más allá y se trabaja en la estructura
internacional. América Latina es el siguiente objetivo. La UNED se implanta en algunos
países y su modelo metodológico se “exporta”: se convierte en líder de la AIESAD (Asociación
Iberoamericana de Educación Superior a Distancia).
Garantizar la igualdad de oportunidades es uno de los objetivos explícitos
de esta universidad. La UNED
ha posibilitado el acceso a los estudios superiores a personas que no habrían
podido conseguirlo por razones de renta, por su lugar de residencia o por
cualquier otra dificultad.
La UNED ha
potenciado muy especialmente la incorporación de la mujer a la universidad y al
mercado de trabajo. No es casualidad que en 1982 fuera elegida Rectora de la UNED Elisa Pérez Vera,
la primera mujer que llegaba a tal cargo en la universidad española.
El otro gran objetivo también se va cumpliendo: sus listados de matrículas
se nutren de personas que alternan su jornada laboral con su formación
universitaria. Sus programas se convierten en la segunda oportunidad para
muchos ciudadanos ávidos de saber que, en su momento, por distintas razones, no
accedieron a la enseñanza superior convencional.
En una década la UNED
ha recorrido un largo camino en su implantación social, que continuará a lo
largo del los años 80: centros asociados en casi todas las provincias; más
centros en el extranjero y una permanente ampliación de su oferta educativa
que, curso tras curso, va incorporando nuevas titulaciones y nuevos programas
de formación continua.
Comienza entonces la apuesta por la difusión. Al uso de la radio y la
televisión como sistemas de emisión de contenidos se añaden, en los 90, las
nuevas tecnologías. La incorporación de sistemas multimedia, tanto en la elaboración
de materiales como en su distribución, se hace extensiva a todas las
disciplinas.
Los sistemas digitales e Internet han hecho posible que, en la actualidad,
en los albores del 2000, la “distancia” entre la UNED y sus estudiantes haya
desaparecido: cada alumno tiene toda la universidad en su mesa de estudio, a
sólo un “click” del teclado de su ordenador.
Hoy, la UNED
es una gran institución: la mayor universidad de España con sus más de 260.000
estudiantes; con una oferta educativa que abarca 26 títulos de Grado, 43
másteres, más de 600 programas de Formación Continua, 12 cursos de idiomas, más
de un centenar de Cursos de Verano y casi 400 actividades de Extensión
Universitaria. Más de 10.000 personas, desde la sede central y desde los
centros asociados, se esfuerzan por apoyar día a día la dura marcha de los
estudiantes hacia la meta de su formación.